En diálogo con Revista Dínamo, la banda adelanta cómo será su tercer álbum y comparte cómo fue la experiencia de trabajar con alguien de la altura del productor Daniel Melero
Por Gastón Stein

Centro Cultural España Buenos Aires
De la mano del rock, ABducidos construye canciones perspicaces salpicadas de new wave y krautrock. Quizás sea una misión que consista en relatar con música aciertos e inquietudes. A un mes de la salida de su nuevo EP, Revista Dinamo entrevistó a su vocalista, Marcelo Gómez
Revista Dínamo: Su primer disco, ABducidos, es más bien electrónico y espacial. Recuerdos del futuro, el segundo, embiste con una faceta más pop. ¿Cómo fue la transición entre ambos?
Marcelo Gómez: En un principio se fue dando naturalmente, porque ya habíamos agotado los recursos con los cuales trabajábamos en ese momento, y antes de cansarnos decidimos renovar esa energía. El primer disco fue hecho en un galpón y en una habitación llena de máquinas, pero mirábamos el techo como si fuese un cielo estrellado. Cuando empezamos a componer para Recuerdos del futuro, la energía y la intención era otra; el pulso de la canciones ya desde los demos pedía que la interpretación estuviese a cargo de una banda, y ahí apareció Adrián Crivelli en el bajo con su energía rebosante, buscamos al baterista adecuado y todo empezó a tomar forma. Ese fue el momento en donde el material del disco comenzó a ir hacía un lugar que imaginaba y que no dejó de sorprenderme nunca. Las composiciones fueron hechas sobre acordes suaves y melancólicos y la base estaba tocada con una potencia desbordante, y eso me resultaba muy interesante, un contrapunto perfecto. Lo demás fue llegar lo más lejos posible con la interpretación.
RD: Daniel Melero hizo la posproducción del primer disco. ¿Qué elementos aparecieron con su llegada?
MG: Antes que nada, una amabilidad, un compromiso y un trato hacia la música que me sorprendió muchísimo. Melero se involucra de lleno con las obras que produce y no lo hace desde un lugar de corrección, porque como dijo él hace poco, redobla las cosas, las potencia, les da vitalidad. Es capaz de llamarte entusiasmado a cualquier hora para pedirte permiso para modificar algo, porque siente que tiene un idea que puede servir para determinado concepto. Y explica todo lo que hace desde un lugar sumamente inteligente. Melero no va a resolverte las cosas, te genera más dudas y te enfrenta a lo que vos no estás viendo, y eso me parece digno de un productor de nivel. Cuando tomó nuestro material, amplificó el sonido, le dio una especialidad que nosotros no habíamos logrado y eso hizo que la música sonara en frecuencias a las cuales yo jamás hubiese llegado. Lo puso en otro lugar y cerró una obra. Pero 5 o 6 años antes, mientras nos vimos asiduamente, podría decir que siendo muy exigente conmigo, sacó lo mejor que yo podía dar en aquel momento.
RD: Recuerdos del futuro se acerca a la canción. ¿Nació la necesidad de llegar a otro público?
MG: Nunca me lo planteé desde ese lugar. Ambos discos estuvieron siempre cerca de la canción, tal vez Recuerdos del futuro sea más sintético que ABducidos, pero para mí la belleza de una canción puede tener muchas maneras; no tengo un “Olimpo” de la canción perfecta como hacen muchos, y estoy detrás de lo que sea pleno en un momento dado. Supongo que todos tienen la necesidad de llegar a más público, pero no voy a cambiar o buscar una fórmula al respecto. Me interesa más que el público tenga la necesidad de llegar.

Centro Cultural España Buenos Aires
RD: Su música va más allá de los géneros: ¿el interés radica en el concepto de los discos?
MG: Sí, es así. No soy un defensor radical de los géneros, no me interesan las fórmulas, sí las ideas y que estas te disparen hacía otras nuevas. No puedo entender cuando un grupo repite fórmulas que tienen 40 años, como si estuviesen haciendo “bien los deberes”. Que toques ritmos parecidos a los que inventó KlaussDinger en los 70, y que eso te haga creer que haces kraut rock o algo así es completamente tonto. Ni siquiera ellos sabían lo que estaban haciendo, el rótulo apareció después. Y que no sepas que estás en otro lugar, en otro tiempo, es solo creerte algo que no existe, eso no me interesa en absoluto. Me parece saludable tomar ideas y llevarlas a otro lugar en el cual vos seas vos mismo y listo. Escuché y escucho mucha música tratando de entender el concepto y el contexto de la obras. No tengo un modelo de artista perfecto. Y no solo tengo influencia de los discos, hay muchas más cosas detrás.
RD: La lírica de las canciones se afianza disco tras disco: la resolución de las ideas, el optimismo de la soledad, los sentimientos controlados.
MG: Puede ser, no soy consciente de eso. Sí sé que escribo mucho para cada disco o para las canciones e ideas de estos, y que lo hago de manera atemporal. Es decir, el contenido que utilicé para escribir las letras del primer álbum me sigue resultando interesante, y eso me hace poder interpretar ciertas canciones, pero siempre me renuevo en los temas y profundizo más sobre determinadas ideas, dudas y cosas que observo o que me suceden. Trato de ponerme en un lugar de incertidumbre porque no tengo respuestas para nadie, ni siquiera para mí; sólo tengo experiencias, y a medida que pasa el tiempo muchas cosas se afirman y muchas quedan detrás. Crecer me resulta muy interesante: podes ver lo mismo de muchas maneras, lo cual te abre a otra perspectiva. Nunca voy a ser un absolutista, y eso está bien para mí.
RD: En junio sale el nuevo EP. ¿Cómo lo definirían?
MG: Se va a llamar Lone, que es un juego de significados. Por un lado, hace un tiempo, entre nuestros amigos, surgió hablar de ese momento al que todos conocen como “estar en la lona”, o estar involucrado de manera dudosa en estados similares y no saber cómo, y en su defecto no poder resolverlos, algo parecido al estado de muchas de las cosas que suceden y nos suceden. Todos en algún punto somos “lones”, tarde o temprano. En algún lugar descarrilas y está bueno. No me interesa estar siempre “arriba” o sentir que tengo que estar ahí, y caer sirve si al menos te das cuenta para volver a empezar. Por otro lado, “lone” es solitario, pero para mí desde ese lugar contemplativo, de elección, de necesidad e individualismo, ser solitario es otro tipo de crecimiento y aprendizaje. Una amiga me pasó el título de una novela de la escritora sureña Carson Mc Cullers, El corazón es un cazador solitario (lonely) y también una frase de esta misma autora que dice: «Muchas veces la persona amada es sólo un estímulo para todo el amor dormido que se ha ido acumulando desde hace tiempo en el corazón del amante. Y de un modo u otro todo amante lo sabe. Siente en su alma que su amor es algo solitario”. Y yo creo que eso define bien el espíritu de las canciones de este EP. Hay para mí una evolución del formato que utilizamos en Recuerdos del futuro, la música es más abierta, todos los músicos participan del contenido musical y sonoro de las mismas, y mi energía y libertad está puesta en las letras y en la interpretación vocal. Estamos editándolo y a punto de mezclar, y todo lo que está sucediendo no deja de sorprenderme. Eso es, por cierto, muy estimulante.
ABducidos
Marcelo Gómez: voz y sintetizadores
Federico Maqui: guitarra
Adrián Crivelli: bajo y coros
Emiliano Martinelli: batería
Javier Loppez: sampler y sintetizadores)
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