Lejos de minar el camino de las ediciones en papel, los eBooks abren un nuevo campo de posibilidades a escritores y editoriales independientes. La opinión de los editores

Por Agustina Ordoqui
@agusinha

¿Reemplazarán los libros electrónicos a los de papel? Quién sabe y a quién le importa. El cambio de paradigma puede tomar años, siglos o la configuración de la Tierra al estilo de Los Supersónicos. Pero que los eBooks sirven y pueden ser grandes amigos de la lectura, que no quepa duda.

Para el editor Matías Fernández, entre la edición impresa y la digital no hay mucha diferencia, más allá del soporte, aunque sí pueden llegar a haber algunas ventajas en cuanto a la distribución y a la comercialización.

Señala entonces tres características: “Accesibilidad, terminamos con el fenómeno de los libros agotados y queda completamente desarticulada la lógica de la edición de escala, de que no conviene imprimir dos mil ejemplares de un libro que venderá doscientas”. “Precio”, agrega el co-creador de la página de Internet El Club del eBook: “Los costos que suponen no solo la distribución sino también el almacenamiento del libro papel ya no existirán”.

Por último, enumera la “ubicuidad”: “La biblioteca de papel es un mueble que tenemos que mudar y que ocupa un lugar físico. El libro electrónico, en cambio, puede estar disponible todo el tiempo y en todo lugar en diferentes dispositivos al mismo tiempo: el teléfono, el reader, la computadora y otros”.

Así y todo, la gente no se vuelca en masa a comprar un dispositivo electrónico para leer los textos por catálogo. Los motivos son varios, sin contar los esgrimidos por los fundamentalistas del papel, que defienden el aroma a las hojas y a la tinta seca a rajatabla.

“En Argentina, se consume poco esta tecnología por una cuestión económica, porque por menos de 1500 pesos no conseguís un e-reader. Acá es un objeto de lujo, en otros lugares, no”, explica Damián Ríos, responsable de Recursos Editoriales. “Además, todavía el soporte no es del todo bueno, estamos como en la época de las primeras computadoras”, sostiene.

Es que las lectoras más populares –Kindle, Nook de Barnes & Noble- deben importarse, mientras que las versiones locales –como Papyre– aún no logran ganar el visto bueno del público.

“Es poca la gente que lee y mucho menos la que compra libros”, añade Fernández, que, de todas formas, augura que poco a poco los dispositivos se harán masivos.

El mercado de los libros electrónicos es un nicho con futuro. Si bien los gigantes, como J. K. Rowling y la llegada de Pottermore con las ediciones digitales de Harry Potter, comenzaron a instalarse en los catálogos de venta, aún hay un buen espacio para los escritores menos comerciales y, claro está, a las editoriales independientes.

“Hay una gran oportunidad para los autores amateurs. La obra literaria en papel tiene un circuito de legitimación difícil: el libro llega a las librerías, tiene que exhibirse bien, llegar a un periodista que lo comunique y cruzar los dedos para que la editorial lo acompañe. El libro electrónico, al estar atado a otro tipo de circulación, es más fértil en ese sentido”, expresa Fernández. Pero, advierte, la competencia ahora no será ganarse un espacio entre los estantes más visibles de una librería, sino conseguir un lugar en el ranking de las tiendas de libros virtuales.

“La difusión de escritores y editoriales independientes depende de otras estrategias también. El eBook te garantiza una mejor distribución, pero no depende solo de eso”, discrepa Ríos, que aclara que uno de los libros que Recursos Editoriales digitalizó –Miss Tacuarembó, de Dani Umpi– logró ser vendido en países como Estados Unidos y España. “Si el autor es bueno, sea el soporte que sea, se va a imponer a la larga, al igual que la editorial. Pero sí, hay que adaptarse a los nuevos formatos porque es lo que se viene”, concluye.

Los eBooks, un nuevo campo de juego para las letras. Dos preguntas para el debate: ¿Los reproductores de música, como el Mp3 y el iPod, mataron al CD?, ¿llegará el día en que los libros se compartan de forma corriente como la música? A estarse atentos.

Foto: Cortesía Reuters