Entran en juego todos los sentidos, menos uno; la escenografía y el vestuario no son necesarios y la narrativa lo es todo. ¿Cómo es una obra a ciegas? Hablamos con el grupo Ojcuro
Por Agustina Ordoqui
@agusinha
Los ojos están bien cerrados, como si alguien desde atrás los tapara con sus manos. El espectador es guiado hacia adentro de la sala, un poco a tientas, un poco dejándose llevar, y se acomoda en la butaca. ¡Sorpresa! Los ojos ya están abiertos, pero todavía reina la oscuridad. Sin embargo, ahí está el escenario y ahí empieza la obra. Actores, sonidos, voces desde distintos lugares, sensaciones…
La experiencia de “ver” teatro ciego es eso, un juego en el que se entremezclan todos los sentidos, menos uno: la vista. El público se engancha porque es algo diferente a lo convencional. La construcción de las historias se apoya en lo narrativo, y el contexto creado por la escenografía y el vestuario se vuelve totalmente prescindible.
En Buenos Aires, en los últimos años se multiplicó la oferta de esta modalidad teatral, que incluso mutó a otras formas, como la cena show A Ciegas Gourmet que organiza el Centro Argentino de Teatro Ciego. El grupo Ojcuro es pionero y tiene dos obras en cartelera, el clásico La Isla Desierta y el más reciente Quiroga y la Selva Iluminada, dedicado a los más chicos.
En diálogo con Revista Dínamo, la directora Laura Cuffini explicó que el grupo se llama “Ojcuro”, un término sugerido por el impulsor de la compañía José Menchaca, porque reúne dos conceptos: “el de trabajar en oscuridad total, anulando el sentido de la vista y el de ser un grupo integrado, compuesto por actores ciegos y que no lo son”.
Revista Dínamo: Al hacer teatro ciego, entran en acción el resto de los sentidos en lugar del visual, ¿cómo se crean las distintas sensaciones en el espectador?
Laura Cuffini: Al anular completamente la posibilidad de ver, se produce un acrecentamiento natural de la sensorialidad, estimulada por los mismos actores a través de sonidos realizados en vivo, aromas, sensaciones en la piel y un uso particular de la voz que permite imaginar los personajes.
RD: ¿Cómo es la adaptación de las obras con el objetivo de apoyarse en los otros sentidos?, ¿creen que cualquier tipo de obra se puede hacer con esta modalidad o debe contener determinadas características?
LC: Como dramaturga, creo que la adaptación y la escritura de piezas para este tipo de técnica se realiza buscando un movimiento dinámico en el relato. El Teatro Ciego permite cambiar de modo instantáneo de escena, ya que todo se termina de componer en la imaginación de los espectadores. Al estar en oscuridad total, es necesario dar pie para que la imaginación se libere y te transporte, así como brindar confianza al participante de esta experiencia. Toda obra podría realizarse en esta técnica, pero con una adaptación adecuada para acrecentar el espacio imaginario individual y fortalecer los efectos sensoriales buscando el cómo cuento lo que quiero contar a través de los sentidos.
RD: ¿Considera que el teatro ciego es también una forma de integración social?
LC: En nuestro caso, lo es ya que nuestra compañía, que es una cooperativa, está integrada en su mayoría por actores ciegos y disminuidos visuales, además de actores que vemos. Todos unidos por una integración artística, ya que en oscuridad todos estamos en la misma condición y sin diferencias, al igual que los espectadores.
RD: En la adaptación de Los cuentos de la selva de Horacio Quiroga agregaron ciertos elementos visuales, ¿cómo fue la experiencia de trabajar con niños?
LC: Está siendo una experiencia maravillosa. Los niños aceptan el juego y se divierten desde la entrada misma a la sala, ya que se hace a oscuras y en una hilera, todos tomados de los hombros. Con la aparición de los títeres lumínicos surge un asombro general, ya que están alrededor, entre los espectadores, muy cerca. En ese momento los niños interactúan con los personajes, provocando una algarabía general que llena de alegría.
Grupo Ojcuro
La Isla Desierta
Viernes y sábados a las 20:15 y 22:15 horas
Quiroga y la Selva Iluminada
Domingos a las 17:30 horas
Entradas: $120
Ciudad Cultural Konex
Sarmiento 3131
