En Palermo, hay un refugio para la literatura. «Un espacio donde se puede elegir un libro tranquilo, encontrarse con un amigo o un escritor», cuenta su fundador, Pablo Braun

Por Agustina Ordoqui
@agusinha
agustina[@]revistadinamo.com

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De afuera, Eterna Cadencia parece una típica casona de Palermo, de esas que quedan pocas y que dan nostalgia cada vez que las derrumban para convertirlas en un edificio más del boom inmobiliario del barrio. El ventanal, devenido en una vidriera repleta de libros, incita a entrar. Y el flâneur se encuentra entonces con un paraíso de títulos nunca antes vistos, de mesas que rebosan de editoriales independientes y de estantes de madera abarrotados por tomos de distintos colores.

Eterna Cadencia abrió sus puertas concebida así como lo es hoy, una librería con bar, a fines de 2005. Surgió de la cabeza de Pablo Braun en plena crisis existencial, tras una separación y luego de haber quedado desempleado. “Me encerré en mi casa sin saber a dónde ir, y me refugié en la lectura. Empecé a leer y a leer, medio desaforadamente, 15 horas por día. Estuve así como seis meses, hasta que un día me vino una sinapsis y pensé: ‘¿Y si pongo una librería?’”, cuenta en diálogo con Revista Dínamo.

El proyecto comenzó en septiembre de 2004. Compró una casa, ubicada sobre la calle Honduras, casi en la esquina de Fitz Roy, que estaba para ser demolida. La reformó. En el interior, armó la librería; en el patio y la terraza, puso mesas y una barra para que los lectores pudieran comer algo, tomar un café o una cerveza mientras elegían el próximo libro para su biblioteca. Tras la inauguración, el 20 de diciembre de 2005, Braun empezó a invitar escritores para que dieran charlas.

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“No quería que la librería fuera solo un comercio para entrar, comprar el libro e irse, sino que quería que fuera una especie de centro cultural literario, donde se pudiera hablar sobre novelas, ir a charlas de escritores, comer y almorzar rodeado de literatura”, afirma. “Eterna Cadencia fue creciendo a base de mucho trabajo. Me costó al principio conseguir escritores que quisieran venir. Pero con constancia y trabajo de hormiga lo fui consiguiendo”, agrega.

A diferencia de otras librerías, en Eterna Cadencia los lectores pueden encontrar un gran surtido de textos literarios y un librero –de los que ya casi no quedan- dispuesto a asesorar, según destaca Braun. “Nuestro fuerte es la literatura, y nos preocupamos por tener autores clásicos y argentinos. El librero tiene mucho para ofrecer, tiene oficio y sabe”, remarca. A esto, se añade el ambiente cómodo, “donde podés elegir un libro tranquilo, encontrarte con un amigo o un escritor”.

Por otro lado, Braun quiso ir más allá, aunque siempre del lado de la literatura. En agosto de 2008, salió a la luz Eterna Cadencia Editora. “Sentí que quería hacer algo más, que tenía más para dar que la librería. También fue una sinapsis, cuando vi a un tipo entrar con un montón de cajas a la librería y pensé en que yo también podía empezar ese camino”, relata. Su entrada al mundo editorial fue de la mano de Leonora Djament, ex integrante de Norma.

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Las novedades editoriales de agosto

Hoy en día, cuentan con 104 títulos, con dos colecciones centrales, la de ficción y la de no ficción. “Tratamos de editar autores argentinos o latinoamericanos en ficción, ya sean actuales o rescatarlos, como Felisberto Hernández. Intentamos hacer dos inéditos por año. Los de no ficción están orientdos hacia la crítica literaria y la filosofía, en su mayoría”, detalla Braun. También hay dos colecciones más chicas, una de música y otra de crónica, dirigidas por Diego Fischerman y María Moreno, respectivamente.

Además de Eterna Cadencia Editora, también se pueden encontrar editoriales independientes o más chicas, como Entropía, Mansalva, Mar Dulce, Katz, Beatriz Viterbo, La Bestia Equilátera, Caja Negra y Bajo la Luna, que tienen un lugar de privilegio y permanente en las mesas. “Incluso en los libros de grandes editoriales hay una curaduría; sólo están aquellos autores que consideramos que son buenos”, aclara Braun.

No por nada la frase emblemática de la librería es Eterna Cadencia, casa tomada por los escritores, mientras que la premisa de la editorial es “darle visibilidad a esos libros que no circulan mucho; rescatarlos de las editoriales que los tenían arrumbados”. En palabras de Braun, “acá los escritores, muertos o vivos, se sienten muy cómodos, están bien representados y tienen sus libros”.

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Más información:
Blog de Eterna Cadencia
Sitio de Eterna Cadencia

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