Mariana Larumbe, co-fundadora de la ONG 2.0 Compromiso Eco, plantea las diferentes alternativas de gestión de residuos y propone una vida cotidiana más sana y sustentable
Por María Luján Torralba
@lutijuana
Foto consumehastamorir.com
“La explosión del consumo en el mundo actual mete más ruido que todas las guerras y arma más alboroto que todos los carnavales”, dice Eduardo Galeano en El Imperio del Consumo. Y el consumo y su aumento desmedido tienen una hija llamada basura que es uno de los mayores problemas medioambientales en los países industrializados de la actualidad. La escasez de medidas públicas concretas para reducir los desechos y la poca eficiencia de llevarlas a cabo conducen a la saturación de los complejos ambientales y basurales a cielo abierto, que aparte de ocupar grandes territorios, emiten metano a la atmósfera y contaminan a través de lixiviados.
La basura es un hecho, por lo tanto, la cuestión es, qué se hace con ella para que sea lo más sustentable posible. Mariana Larumbe, co-fundadora de Compromiso Eco, promueve a través de la ONG la separación de materiales. “Es lindo el tema de la maseta con el tetra o el neumático como huerta, reusar está bueno y no genera contaminación pero la posta es que se debe buscar una solución a la basura de manera industrial. Hay industrias que necesitan de materia prima que está tirada en un lugar a cielo abierto”, declara. La organización que surgió a partir de la necesidad de unificar campañas medioambientales, difunde propuestas urbanas que impulsan un cambio persona a persona, día a día. Mariana explica: “Lo que nosotros planteamos es que si yo empiezo a reciclar residuos, van a surgir más razonamientos además de a dónde va mi basura, como por ejemplo, cómo hacer para ahorrar más energía o cómo cuidar el agua. No hay manera que uno tome un solo hábito y nada más. A veces los mensajes están muy segmentados. Lo que nos pone mal es que es muy distinto cómo se manejan con los residuos en las diferentes ciudades. Según donde vivas es la realidad que te toca. Además, está muy instalado el discurso de “para qué voy a separar, si total después nadie lo hace, o si después cuando se recolecta lo juntan todo”. Entonces lo que nosotros proponemos es que siempre que haya una persona que se comprometa puede hacer una diferencia, y ese es nuestro fin.”
La solución más cercana a lo ideal sería una recolección domiciliaria sectorizada según los diferentes tipos de materiales, que luego esos residuos sean llevados a una planta de acopio y luego enfardados para su futura industrialización. Sin embargo, lograr que ese proceso se lleve a cabo puede llevar muchos años, además de inversión y voluntad política. Desde Compromiso Eco se plantea que cada ciudadano se pregunte qué está pasando en su zona, que averigüe que puntos limpios hay y que se pueda erradicar la respuesta automática: “Acá no hay nada”. Un municipio modelo es Rafaela, Santa Fe. Allí tienen recolección diferenciada domiciliaria que cuenta con la participación del 80 % de la población. Conjuntamente, hay promotores ambientales que golpean las puertas de quien no lo cumple. Este sistema es respaldado por una política de concientización que no sólo se ocupa de la basura, sino que también de otros aspectos ambientales como plazas con alumbrado solar, terrazas verdes, movilidad sustentable, corredor de bicicletas, y parte de la industria local que tiene termotanques solares. “Ya llevan cinco años con este régimen, lo que ellos demuestran es que su inversión tiene respuestas y así generan industrias, trabajos, empleo. Ahí se ve que el modelo de gestión municipal produce un resultado. Hay que tener continuidad, seguimiento”, cuenta Mariana.
Con respecto a las políticas públicas que se deberían aplicar, Mariana insiste en que se debe comenzara a plantear el sistema para solucionar el problema de la basura desde el ámbito municipal. “El intendente es el responsable de decidir con qué modelo va a resolver el tema de los residuos, si va a poner contenedores en las esquinas divididos en reciclables y no reciclables, si va a hacer una campaña con cooperativas cartoneras que golpean las puertas, se presenten y expliquen qué materiales recolectarán, o si va a pasar un camión ciertos días a retirar ciertas cosas. O sea, ese modelo lo define el municipio y hay muchos modelos. Tiene mucho que ver con las políticas y las autoridades, pero hay que seguir insistiendo y seguir probando. Hay municipios que tienen la infraestructura para ser mucho más eficientes, hay otros que no”
Ana de Acassuso, amiga de Compromiso Eco
Las decisiones de las autoridades y los negocios que engloba la basura interfieren en las campañas medioambientales. Los acuerdos con las empresas recolectoras no ayudan a que la logística de recolección sea ecológicamente eficiente. Por ejemplo, el Complejo Ambiental Norte III, que está por colapsar, supuestamente tiene plantas de transferencia para recuperar los desechos, pero como los residuos llegan todos mezclados, es mucho más complejo separarlos y recuperarlos que si llegaran por separado. Es importante conocer que hay un servicio de recolección que todos los ciudadanos pagan con sus impuestos. Mas allá de este conflicto, Mariana aclara que todo parte desde la misma base y si uno no separa ninguna campaña sirve. “Nosotros queremos que cualquiera de los modelos propuestos cuente con el compromiso de los hogares, negocios, instituciones. Las cantidades que se necesitan reciclar para que todo funcione requieren de que todos se comprometan. El residuo es una materia prima para otras industrias. Luego, el cambio a partir de las autoridades es más complejo. Para mí, la mejor opción es empezar con una línea, por ejemplo, el plástico. Se junta, se separa por color porque cada uno tiene diferente valor, y a partir de eso se enfarda. Después se acopia y se junta una cantidad para que se la lleve el camión. Es una decisión política porque si ya tengo el camión de la recolección puedo decidir sobre su recorrido. Ahora a dónde va, quien lo enfarda es otro tema. Si se tiene un basural a cielo abierto y nada en el medio que separe es muy difícil. Es un proceso industrial y una inversión.”
La sociedad de consumo y el estilo de vida actual impulsan como contrapartida a proyectos como Compromiso Eco que estimulan la iniciativa personal y el cambio de conciencia. Actuar desde lo individual para el bien común es un ejercicio que beneficia a toda la comunidad y con el que se puede alcanzar grandes logros. Mariana Larumbe concluye: “No me gusta pensar que lo verde es top o hippie. Me gusta pensar que en el accionar cotidiano se pueden modificar hábitos y tener una mejor calidad de vida. Hay toda una explosión eco pero es más de la boca para afuera, lo hacemos muy pocos. El mensaje solo no sirve. Tenés que llevar soluciones concretas”
Para conocer más de Compromiso ECO www.compromisoeco.org
Para ver dónde se puede reciclar entrá a www.dondereciclo.org.ar