El destacado pensador y filósofo estadounidense Noam Chomsky pasó por Buenos Aires y Revista Dínamo estuvo ahí

Por Agustina Ordoqui
@agusinha

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La fila para entrar al Teatro Cervantes es interminable. Va derecho por Libertad, dobla en Avenida Córdoba, vuelve a doblar por la 9 de Julio y sigue hasta donde no alcanza la vista. El auditorio ya está lleno. En la calle, la gente grita, golpea las puertas y exige un lugar adentro.

Hay muchos nombres convocantes en el Foro Internacional por la Emancipación y la Igualdad que organizó el Ministerio de Cultura de la Nación en la segunda semana de marzo. El máximo intelectual del Partido de los Trabajadores en Brasil, Emir Sader; la ex senadora que articuló los contactos entre las FARC y el gobierno de Colombia, Piedad Córdoba; el vicepresidente de Bolivia, Álvaro García Linera, entre otros.

Muchos están allí por esos referentes de la izquierda latinoamericana. Pero la gran mayoría confiesa que a quien quiere escuchar es a un gringo. Un gringo crítico con su país; un expositor del antiimperialismo desde la misma cuna de los Estados Unidos. Lingüista, filósofo, pensador. Noam Chomsky.

El profesor Anthony Arnove, también estadounidense, da las palabras de presentación. Y cuando termina, la multitud explota. Detrás asoma él, listo para dar su clase magistral; para hacer que cada frase retumbe en toda la sala y deleitar a quienes tuvieron la suerte de conseguir un asiento y a quienes lo siguen en una pantalla enfrente del Cervantes pese al calor o por streaming bajo el aire acondicionado de sus casas.

Empieza. “Por primera vez en 500 años, América Latina ha dado pasos significativos hacia la liberación del domino imperial”, asegura Chomsky. En ese sentido, destaca el surgimiento de organismos como la Unasur y la Celac y afirma que el presidente de los EEUU Barack Obama busca avanzar hacia la normalización de las relaciones con Cuba para “impedir su aislamiento total en la región”.

Tras ese breve prólogo, hace un repaso por la historia, fiel a su estilo punzante. Sostiene que Estados Unidos alcanzó su punto máximo como potencia durante la Segunda Guerra Mundial, pero que desde entonces está en declive. “Comenzó a perderla con la independencia de China en 1949. En los 50, había preocupación por la posible pérdida del Sudeste asiático y otras regiones”, indica. “Pero, ¿se puede perder lo que no se posee? El presupuesto tácito era que los Estados Unidos eran los dueños del mundo”.

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Chomsky enfatiza en que Estados Unidos nunca renunció a la militarización como medida coercitiva, a pesar incluso de la caída de la Unión Soviética y el fin de la Guerra Fría. “El gobierno de George H.W. Bush dijo que el gran establecimiento militar se mantendría”, y más adelante “el gobierno de Bill Clinton declaró que Estados Unidos tenía el derecho de usar la fuerza unilateral para asegurar el acceso a mercados claves y recursos estratégico”.

Con respecto a la crisis financiera global de este milenio, el pensador aclara que “las crisis financieras comenzaron a aparecer desde la Gran Depresión”. “Pero para los perpetradores, las instituciones financieras, los bancos, las crisis no son un problema muy serio porque hay una política gubernamental que los protege de cualquier amenaza”, continúa.

“A las empresas y a los ricos les va bien, mientras que para la sociedad la situación es otra: sufre, en todo el mundo”, agrega. Chomsky atribuye esta distorsión al neoliberalismo: “En los Estados Unidos, gracias al período neoliberal, la mayoría de la población experimentó estancamiento o declinación. Un indicio es que los salarios reales de los trabajadores hoy en día están al nivel de 1968”.

“América Latina ha estado a la vanguardia de la lucha contra el ataque neoliberal. También se ve en el sur de Europa, como Syriza en Grecia o Podemos en España, donde la población sufrió muchísimo. El sistema capitalista global está en uno de sus peores períodos de crisis. Los resultados, como siempre, dependerán de cómo el público responda”, sigue.

Antes de concluir y ser ovacionado, el destacado lingüista hace una última advertencia: “La crisis es mucho peor que lo que he descrito. La especie humana está al borde del precipicio. Hay dos sombras oscuras que se ciernen sobre lo que hemos discutido, la guerra nuclear y la catástrofe ambiental”.

“Con las armas nucleares está claro lo que hay que hacer, hay que eliminarlas. Pero en el caso de la catástrofe ambiental no sabemos la respuesta. Que hayamos escapado de la destrucción es un milagro y ahora mismo están redoblando los tambores”, dice por último. Chomsky se retira en medio de los aplausos. El auditorio se vacía. El show magistral ha terminado.

Fotos: Ministerio de Cultura de la Nación