El prestigioso crítico Fernando Juan Lima eligió sus films favoritos del 29º Festival Internacional de Cine que se desarrolló esta semana en la Feliz

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Fuente: Facebook

Con 400 films, entre largos, cortos y mediometrajes, una nueva edición del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata se desarrolló esta semana en la ciudad balnearia. Hubo estrenos, clásicos reeditados, presentaciones de películas que difícilmente vuelvan a ser proyectadas en salas argentinas y retrospectivas de destacados directores. La variada grilla permitió que los espectadores encontraran cintas para todos los gustos y, en términos generales, las repercusiones fueron muy buenas.

En Revista Dínamo, le preguntamos cuáles fueron las películas imperdibles a Fernando Juan Lima, crítico de la prestigiosa publicación El Amante y co-conductor del programa de radio La Autopista del Sur, que se emite todos los sábados de 16 a 18 en AM 750. Eligió cinco: Jauja, The duke of Burgundy, From what is before, Don’t go breaking my heart 2 y Eden.

Jauja, de Lisandro Alonso
Protagonizada por Viggo Mortensen, presenta la historia de un general danés que participa de la campaña del desierto en la Patagonia argentina y sale a la búsqueda de su hija, que ha escapado con un soldado.
“Es la obra más lograda de Alonso, es bastante distinta a la filmografía anterior, aunque de parecerse está más cerca de Liverpool que del resto. Es una película que tiene una carga de profundidad, en la que uno descubre nuevas cosas con el tiempo, y que juega con un discurso no narrativo, pero que al mismo tiempo tiene ideas de continuidades, de búsquedas, de relaciones que de alguna forma funcionan como una narración. Y su aspecto visual es impactante. Seguramente sea la película argentina del año, y ojalá vaya mucha gente a verla”.

The duke of Burgundy, de Peter Strickland
“El director es el mismo de Katalin Varga y Berberian Sound Studio. Es una película con una búsqueda visual impresionante. Empieza casi como un film de terror y tiene un clima muy extrañado. Es la relación entre una señora y su mucama marcada por el sadomasoquismo, y uno no termina de entender quién es la ama y quién es la sierva. Van cambiando las relaciones. Una de ellas también asiste a charlas a la universidad sobre insectos. Hay una mezcla de universos tan rara que tiene que ver con la mezcla de géneros; uno no sabe si está viendo un melodrama o una película de terror, si es actual o de época. Llama la atención desde lo visual y a uno lo engancha con un mecanismo de ocultar parte de la trama, creando suspenso cuando no es una película de suspenso”.

From what is before, de Lav Diaz
“Solo se puede ver en el marco de un festival porque, pequeño detalle, son 6 horas de película. Cuenta en blanco y negro parte de la historia de Filipinas, con el impacto que la dictadura de Marcos tuvo en el pueblo. Su objetivo es descubrir las raíces atávicas de la relación con la dictadura. La pregunta sería por qué nos bancamos una dictadura como esta por tanto tiempo y que ha impactado tanto en la sociedad. Es una pregunta incómoda, porque siempre es más cómodo pensar cualquier dictadura o cualquier guerra como un mal provocado por seres malos ajenos a nosotros, mientras que el pueblo bueno solo lo sufre. La idea de buscar las raíces también en el propio pueblo es incómoda. Entonces tiene la parte documental, y tiene algo de mágico al ser en un territorio tan exótico como las Filipinas, con un idioma tan extraño que parece un chiste al tener palabras en inglés, castellano y otras que parecen sonidos. Si uno entra en la deriva de ese río, se le pasan volando las horas”.

Don’t go breaking my heart 2, de Johnnie To
“Una secuela que se puede ver sin haber visto la primera parte, con To haciendo comedia, cuando uno lo tiene usualmente más ligado a la acción, al policial, las persecuciones y las mafias. Es una comedia romántica en la que To deconstruye los elementos y hay una especie de doble triángulo cruzado, en el que la pareja central es la que menos química tiene. Tiene muchísimo humor, mucha música, y es romántica pero no hay ni un beso”.

Eden, de Mia Hansen-Løve
“Ella tiene una manera especial de construir las historias. En El padre de mis hijos, mataba al protagonista en la mitad de la película y de pronto cambiaba toda la película. Sabe generar empatía con los personajes. Eden es sobre un grupo que hace música garaje, que tiene algo de electrónica, algo de soul y de disco. Pero no termina de tener demasiado éxito; tuvo su cuarto de hora. Es un film muy musical, que se puede disfrutar aunque a uno no le guste demasiado la música. Y es musical en el sentido de que el montaje es rítmico y uno tiene la sensación viendo la película de que entra en esa situación de automatismo que siente cuando se tomó un poco de más, y siente que la cabeza se separó del cuerpo y sigue bailando. Uno la disfruta a través de los sentidos”.