Me sentí muy atraída por el texto, es sugerente y misterioso. Traté de entender el clima y las sensaciones que me provocaba. Fue inspirador y muy placentero.

Por Virginia Torralba
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dinamo cortazar - recorte
Ilustración Virginia Torralba

«Antes de marcar el numero de Roland, la mano de Jeanne ha andado por las páginas de una revista de modas, un tubo de pastillas calmantes, el lomo del gato ovillado en el sofá. Después de la voz de Roland ha dicho: «Hola», su voz un poco adormilada, y bruscamente Jeanne ha tenido una sensación de ridículo, de que va a decirle a Roland eso que exactamente la incorporará a la galería de las plañideras telefónicas con el único, irónico espectador fumando en un silencio condescendiente. «Soy yo», dice Jeanne, pero se lo ha dicho mas a ella misma que a ese silencio opuesto en el que bailan, como en un telón de fondo, algunas chispas de sonido. Mira su mano que ha acariciado distraídamente al gato antes de marcar las cifras (¿y no se oyen otras cifras en el teléfono, no hay una voz distante que dicta números a alguien que no habla, que solo esta allí para copiar obediente?), negándose a creer que la mano que ha alzado y vuelto a dejar el tubo de pastillas es su mano, que la voz que acaba de repetir:»Soy yo», es su voz, al borde del limite. Por dignidad, callar, lentamente devolver el receptor a su horquilla, quedarse limpiamente sola. «Sonia acaba de irse», dice Jeanne, y el limite esta franqueado, el ridículo empieza, el pequeño infierno confortable.»

dinamo cortazar

Fragmento de Todos los fuegos el fuego cuento incluido en Todos los fuegos el fuego (1966) de Julio Cortázar