Para tomar una cerveza o un café sobre cámaras de fotos antiguas, simples o complejas no hace falta viajar mucho. En el barrio de la Chacarita, el museo bar fotográfico te deja hacerlo libremente.

Por Romina Bianchi

Apenas te asomás al bar de la esquina de Alvarez Thomas al 3900, podés ver un señor con una lámpara a la que ahora se le dice flash esperando tomar la imagen perfecta, pero cuando uno se acerca denota que es un señor muñeco dando la bienvenida al lugar que acoge a más de seiscientas cámaras, recolectadas con ayuda de los vecinos y amigos del fotógrafo publicitario Alejandro Simik.

Para los fanáticos y los curiosos, el bar alberga desde las primeras cámaras oscuras, de madera y con un objetivo fuelle de bronce, data del 1885, hasta de las descartables o de esas alargadas que solían usarse en los 90, también de las estereocópicas para fotografía tridimensional, miniaturas y de lo que se les ocurra. Todo está ahí.

Además, y para quedar bien con la situación cálida donde el espíritu de la imagen tiene el poder de acercarte con el arte visual, dan distintos talleres de fotografía, realizan muestras de diversos artistas, arreglan cámaras antiguas y asesoran a la gente con ganas de retratar al mundo, siempre, mientras te tomas un rica cerveza, en compañía de buena música.

Para más información no hace falta más que acercarse al bar o entrar al site del museo bar
http://museofotograficosimik.com