Quien no intentaría luchar contra Monsanto. Seguro, los seres humanos que no supiesen de su existencia. ¿Quién es? ¿Quiénes son? ¿Qué hace? ¿Dónde encontrárselo?
Por Romina Bianchi
@rominapbianchi
Sinónimos y acciones de la corporación: asesinatos, enfermedades, semillas genéticamente modificadas, transgénicos. A raíz del silencio estatal y gubernamental, en Malvinas Argentinas, Córdoba, autoconvocados, preocupados por la salud y la vida, se encuentran en pie de lucha, sufriendo represiones por parte de la Policía y graves agresiones de la OUCRA. Sin contar las innumerables denuncias, amenazas y golpes a Sofía Gatica, una de las Madres de Ituzaingó.
Denuncias en devolución a la resistencia, golpes a cambio de la defensa, amenazas tras un manifiesto colectivo en el intento de echar a Monsanto. Así, y en consecuencia, surge el segundo acampe en la Ciudad de Buenos Aires, ellos se juntan todos los 25 de cada mes en Plaza San Martín hasta que se cumpla el objetivo. “El acampe de Malvinas está al lado de la ruta, en un pueblo. Por eso estamos acá. Monsanto y sus actos son silenciados gracias a los medios privados y oficialistas. Los medios privados porque callan estas luchas y la información. Para ellos no es conveniente salir a la luz porque estas empresas (Monsanto y Bayer son solo algunos de los modelos productores de agrotóxicos) instalan suficientes pautas publicitarias. Su condición es: ‘No hables en contra nuestro porque retiramos la pauta’. Principalmente los medios privados; en los oficialistas lo hacen debido a la convivencia fundada entre Monsanto y el Gobierno, quien aprobó el asentamiento de Monsanto en Malvinas, quien aprobó y festejó la inversión de 1600 millones de dólares de Monsanto”, aseguró Julián Galeano, integrante del acampe en Buenos Aires.
Monsanto como productor y manipulador de la vida y de la muerte
Una gran inversión logra contentar a un Gobierno, empero, ¿a cuesta de qué? La respuesta está en la historia de la empresa y su paso como protagonistas en la creación de la Bomba Nuclear para el Proyecto Manhattan, en la Segunda Guerra Mundial. Fueron quienes, asimismo, fumigaron cientos de campos en Vietnam con el fin de acabar, cien por ciento, con el hambre y la vida. Julián cuenta que el compuesto es llamado Agente Naranja, uno de los tóxicos más complejos y destructivos. Según Galeano, el número de muertes ascendió en 500 mil, mientras que 500 mil más sufrieron malformaciones, enfermedades en la piel y cáncer.
Hoy, y en silencio, en el campo argentino y latinoamericano se recurre a herbicidas como el Roundup (glifosato). Es propiamente lo que respiramos en mayor o en menor medida. Y si no lo respiramos, lo comemos ya que Monsanto también modifica semillas genéticamente. “Somos el segundo país productor de alimentos transgénicos, que a su vez intenta aprobar la Ley de semillas, respaldando la muerte, propulsando el desinterés sobre lo que comemos porque los alimentos no están etiquetados”, comentó Julián Galeano. Y en silencio, se fumiga a 100 metros de las casas de familia.
“Te lo digo y te lo canto fuera Monsanto”
Hace cinco meses, en los acampes se trata de concientizar a fuerza de compañerismo y solidaridad. Allí se abraza la esperanza de los trabajadores –silenciados- afectados por la utilización de agrotóxicos. También se concientiza a la sociedad, enseñándoles de qué se trata este “nuevo” modelo agropecuario que daña la salud de ciento de miles de personas en el mundo. Promover el conocimiento, la elaboración de productos alimenticios propios sin afectar la vida humana.
Ellos cantan, dicen, gritan, luchan, dan talleres, marchan, difunden. Sin un solo golpe, sin matar a nadie. Cultivando conciencia para todos.