Quedan pocos días* para visitar la muestra del fotógrafo Bob Gruen, con imágenes de las figuras más emblemáticas de la escena musical internacional. Sus obras son como sus hijos, nos cuenta

Por Agustina Ordoqui | agusinha
agustina@revistadinamo.com

Bob Gruen tiene ese aire de bonachón que fácilmente podría confundírselo con un buen samaritano. Cabello canoso, con rulos como canutos y ojos celestes cristalinos. La sonrisa de lado a lado es una constante en su rostro.

“¿Por qué empezó a tomar fotografías de íconos del rock?, ¿cómo empezó?”, es la primera y obligada pregunta a este hombre que supo retratar a Jim Morrison, Keith Richards y John Lennon, entre –muchos- otros.

“Tenía 23 años. Al terminar el secundario, viví con una banda de rock, The GlitterHouse, y solía tomar fotos de ellos. Cuando fueron contratados por una discográfica, usaron mis imágenes para la promoción del disco. Después me llamaron de otros trabajos”, responde, con humildad.

La historia de Gruen con la fotografía empieza bastante antes, cuando era un niño de 8 años y pasaba largas horas con su mamá en el cuarto oscuro, revelando tomas, pensando nuevos cuadros. Su madre era una aficionada y le regaló su primera cámara. De a poco, fue inculcándole aquello que se convertiría en su vocación.

Hacia la década del 70 ya tenía un rumbo. La lista de artistas que pasaron por su lente es interminable. Elvis Presley, Mick Jagger, Yoko Ono, Paul McCartney y Elton John. The Who, David Bowie, Aerosmith, Kiss y Alice Cooper. Ozzy Osbourne, Motley Crue y Bon Jovi. Green Day, los más recientes.

De todos, atesora un recuerdo, no sólo fotográfico. “¿Bob Dylan? Él es mi Biblia ¿Ramones? Son puro poder del punk ¿The Clash? La única banda que realmente valió la pena”, enumera.

De quien guarda mayores memorias es John Lennon, quizás porque la amistad que entablaron levanta curiosidad que unas palabras sobre él nunca faltan en ninguna entrevista, o porque siente un cariño que hace que no lo olvide cuando habla de su labor fotográfica.

“John era muy gracioso, muy inteligente y le gustaba comer bien. Disfrutaba verlo a menudo, nos reíamos mucho. Siempre podía aprender algo al lado de él. Fue un gran ejemplo para todos nosotros, te enseñaba a ser honesto con uno mismo”, evocarlo.

Lennon y Gruen se conocieron de una forma poco amable. Bob había ido al teatro Apollo, de Nueva York, durante un evento de beneficencia para retratar al Beatle y a su pareja, Yoko Ono. Le preguntó si les interesaban ver las tomas y Lennon le dijo fríamente que se las enviara por correo.

Tiempo al tiempo, volvieron a cruzarse años después y formaron un estrecho vínculo. Bob se convirtió prácticamente en su fotógrafo personal. La recordada imagen de Lennon con la Estatua de la Libertad y aquella en que posa con una remera de Nueva York son parte de su trabajo.

En su libro, John Lennon: The New York Years, que se publicará este año en la editorial Planeta, recoge varias de sus anécdotas con él.

Gruen tiene otras fotos memorables. Sid Vicious leyendo un diario, Led Zeppelin con el aeroplano de fondo, Joe Strummer besando a una rubia sobre un auto y más.

La muestra Rock Seen, que recopila una selección de 70 fotografías (elegidas por la curadora Virginia Fabri, porque él no podría determinar cuáles si o cuáles no. «Son como mis hijos», justifica), estará en el Centro Cultural Borges hasta el 15 de enero. A no desperdiciar la oportunidad de ver al rock en imágenes.

*Actualización: La muestra continuará hasta el 11 de marzo

Centro Cultural Borges
Viamonte esquina San Martín
Informes 5555-5359 / 4311-4865
Horarios: lunes a sábado de 10 a 21. Domingos y feriados de 12 a 21

Fotos: Bob Gruen www.bobgruen.com