El especialista en germinados, Federico Conde Latou, escribió una columna para Revista Dínamo sobre la alimentación y la conexión con la naturaleza durante esta época del año

En el hemisferio sur, está comenzando la estación del florecimiento de la conciencia humana. La conexión del hombre con la naturaleza, se manifiesta en su salud física y espiritual

Por Federico Conde Latou*

La llegada de esta maravillosa estación es una de las más esperadas por todos los seres, no sólo por los humanos sino también por toda la naturaleza, la cual vive en esta época, momentos de “resurrección”. ¿Quién no se ha detenido a ver como los pequeños brotes de los árboles se asoman a través de las ramas que aparentan estar casi secas, y quedar asombrados de cómo la vida puede resurgir y manifestar su vibrante esplendor? La palabra primavera proviene del latín: prima (primera) y vera (ver), de la última derivan las palabras verde, vergel y verano. Entonces, se podría decir que es éste el período cuando más se contempla el verde, uno de los colores más presentes en este planeta y el cual representa la energía del fuego de la Vida, nuestro regente solar.

Es muy evidente cómo esta estación afecta nuestras conciencias ya que nos invita a salir hacia afuera, a conectarnos con la naturaleza y con los elementos. Nuestra glándula pineal comienza a trabajar para regular los nuevos horarios de vigilia y sueño así como de producir más cantidad de serotonina, el neurotransmisor encargado de regular los cambios de humor y de contrarrestar los efectos negativos de la adrenalina y el cortisol. Sin embargo, nuestro cuerpo también sufre alteraciones. Uno de los órganos del cual hemos de prestar especial atención es el hígado, que según la Medicina China es representado por el elemento madera. Por lo tanto, sería importante ayudar a depurar este órgano, uno de los más grandes del cuerpo, con infusiones como la bardana, alcachofa, cardo mariano, diente de león o carqueja. Además, en esta época, es necesario consumir más cantidad de clorofila y germinados ya que estos dos últimos elementos ayudan mucho a regenerar el torrente sanguíneo.

De más está decir que una persona propensa a los llamados ataques de hígado, debería evitar alimentos fritos, azúcar, alcohol, grasas animales y, sobre todo, ayunar y abstenerse de emociones densas como la ira, la bronca y el enojo, debido a que son más pesadas para éste órgano que la comida frita. Resulta que el hígado se encarga de filtrar las toxinas físicas y las toxinas emocionales que, como hoy está demostrando la ciencia de la nueva biología, pueden intoxicar y acidificar el organismo y la sangre. Estados de fatiga e incluso desvelos podrán ser vividos por muchos seres al tener las funciones de este órgano recargadas. Por ello, tomar conciencia de ellas, que son más de cien, es de vital importancia para llevar una vida emocional ordenada y armoniosa. “La primavera la sangre altera” dice el dicho, y vaya que sí la altera. De acuerdo a nuestro estilo de vida, lo que comemos y lo que sentimos termina transformándose en sangre, la cual si fluye pura es símbolo de salud y armonía.

Por otro lado, es en la primavera cuando aparecen las alergias de todo tipo, las cuales tienen sus raíces en el plano emocional. En este período “tomamos contacto” con el exterior, y en muchos casos las alergias representan mecanismos de defensa ante una situación nueva y diferente. ¡Qué podamos en estos días ser participes de la misma transformación que vive la naturaleza, sacando lo mejor de nosotros hacia todo lo que nos rodea!

*Federico Conde Latou es especialista en germinados y brinda talleres de alimentación viva

Fotos: Cynthia Bandurek de su album El mundo de lo pequeño