De la mano de la banda Calle 13, una nueva agrupación de jóvenes se unió para desenmascarar las falencias educativas y las injusticias existentes en Latinoamérica
Por Romina Bianchi
Ileana Cabra, de Calle 13, apoyando al MRC13
En la historia de la música, pocas veces se originó un movimiento pacifico y participativo a partir del mensaje. Quién iba a imaginar que una dosis de letras contundentes, unos cuantos ritmos de lucha, persistencia y una dura lectura, objetiva, sobre la realidad iban a dar pie a un sinfín de jóvenes que luchasen por los derechos de las personas y por la igualdad hermanada en Latinoamérica y el mundo, pese a la tradición que los contradice.
Con reggaeton o sin él, Calle 13 se pone la camiseta del lado de los escondidos y de las noticias ocultas por los medios de comunicación. A partir de esa premisa, los jóvenes comenzaron a identificarse dentro de la rebeldía combatible y con la edad merecida para hacerlo. Jesica Lacone, del Movimiento Revolucionario Calle 13, cuenta que el MRC13 no es sólo parte de la unión latina sino también europea, con el sentimiento y la esperanza de vivir en un mundo mejor, en todos los lados posibles, sin reconocer fronteras; proyecto con empuje y varios éxitos gracias a las redes sociales. “Facebook y Twitter nos unen. Así comprendimos que todos los países tenían los mismos sueños, las mismas ganas, aunque con problemáticas diferentes necesitaban unirse de alguna forma para dar solución en el mejor de los casos, así como denunciar y apoyar causas justas y populares”, explica Lacone.
Un gran trabajo de hormiga ha generado que sus seguidores –no fans- logren interesarse por el ser humano de al lado, por los estudiantes que la pasan mal, por el que menos tiene, por el inmigrante, por el despojado, intentando ser pares en medio de un sistema que clasifica, selecciona, pero no clarifica porque las noticias no llegaban y ahora sí. La era de la lucha involucra entre todas las cosas, el bienestar de los hermanos latinos que subsisten al régimen educativo puertorriqueño al que se debe acceder mediante, la módica suma de 800 dólares mensuales. Si, 800 dólares mensuales sumados a la “grata” compañía de la Policía que camina por los pasillos de la universidad, habiendo asesinado una estudiante de un tiro en el cuello en medio de una manifestación. En este preciso ejemplo, si no fuese por el mrc13, Residente y Visitante, otros países no se hubiesen hecho eco de la gran problemática colmada de falencias proveniente del poco entusiasmo del gobernador de Puerto Rico, de mejorar la educación, pública y gratuita.
“Compartir charlas educativas en instituciones penitenciarias, escuelas necesitadas de conflictos étnicos de cada provincia o país es parte de nuestro objetivo cotidiano. Intentamos brindar una solución, tratando de conseguir becas y libros, que nos donan, para los chicos que quieren y no pueden. De eso se trata”, Jesica comenta parte de las iniciativas de la nueva revolución con un objetivo en común, sin alambres, ni rejas, sin límites. Porque en definitiva los países sufren por igual el mal llevado sistema. Así es como revientan de bronca los estudiantes de Chile en una toma de miles de alumnos. En Colombia, se manifiestan con un “NO” a la reforma de la Ley 30 que pretende hacer negocio de los estudiantes. También, en Venezuela y en Argentina los jóvenes apoyan la causa acompañando a los Pueblos Originarios, donde estuvo presente el MRC13 y Calle 13 en defensa de los derechos de todos.
La revolución crece desde la construcción de lazos fuertes desatando los límites impuestos por los Estados que agotan con las monologas y repetitivas noticias afinando el campo seguro de su poder. Hoy MRC13, es el contraste de todo ello, y la batallan con la más importante arma fuera del mercado: la educación; y como balas, la sincera información sobre lo que sucede en el mundo entero, haciendo honor a su lema “La educación, la nueva revolución”
Marcha MRC13 en Colombia
Foto MRC13 desde Venezuela