Lía Copello es la creadora de un personaje que se gana día a día la simpatía de miles de personas en Facebook. Una chica normal con problemas que podría tener cualquiera, pero en clave de humor

Por Agustina Ordoqui
@agusinha

Cortesía Espacio Cabrera

Cortesía Espacio Cabrera

“Muy rico todo pero para gustar de alguien que no me va a dar bola, me miro una de Ashton Kutcher”. La frase la podría haber pensado una amiga, una hermana o mismo quien escribe (o quien lee) esta nota. La podría haber murmurado cualquiera que se enreda en las relaciones amorosas. Pero lo dice La Cope. Y su comentario, que despierta una sonrisa automática, cosecha casi 10.000 me gusta en Facebook. Lía Copello es la voz y el lápiz detrás de ese personaje que día a día se gana la simpatía de miles de personas en las redes sociales. “La Cope es un poco yo, el pelo y el apodo y también la manera que tiene de ver las cosas”, afirma en diálogo con Revista Dínamo.

Lía tiene 25 años y trabaja en publicidad, aunque confiesa que esa no es su vocación, por más que le guste su puesto actual. Antes que dibujante, se define como redactora y tiene varios talleres literarios en su haber. Dibujar, según comenta, empezó como un hobby. “Dibujé toda la vida, pero como un juego porque soy hija única y cuando era chica y me aburría, dibujaba. Siempre dibujé mal. No tengo mucha habilidad, entonces creé un dibujo simple que puedo hacer todos los días”, explica.

El personaje de La Cope está marcado por su vida. En su cuenta de Tumblr, Lía contó que hace dos septiembres terminó un noviazgo de varios años. Desde ese momento entró en la rueda de relaciones cortas con otros hombres. Esas vivencias son parte de las historias de su personaje, pero también lo son sus experiencias laborales y las conversaciones con sus amigos. “Obviamente fui creciendo y ya no me pasan tantas cosas. Empecé a tomar lo que les pasaba a mis amigas o lo que se me ocurría porque La Cope ya tiene su identidad. El personaje tiene mucho de mí y no fue difícil construirlo, pero se fue armando solo”, asegura.

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De hecho, cuando La Cope arrancó, hace un año, los dibujos se referían más bien a un trabajo anterior que tenía: “Lo hacía para exorcizar esa cosa del laburo de todos los días”. Lo que era una broma interna, de a poco, empezó a viralizarse entre amigos y conocidos. “Fue muy loco porque no lo hice esperando que creciera de la forma que lo hizo”. El mundial de fútbol del año pasado fue un disparador. “Hacía chistes míos de minita que mira un partido y no entiende nada, los subía y los compartía gente que yo no conocía”, señala.

Si bien la mayoría de los seguidores de La Cope son mujeres, lo cierto es que cada vez más hombres se suman a la página de Facebook, que ya tiene más de 134.000 fans. “Nunca pensé en que fuera humor para chicas, pero tiene que ver con mi mirada femenina de las cosas”, aclara. Con el crecimiento, también llegaron las críticas y muchas veces Lía tuvo que salir a defenderse de quienes la tratan de machista o de su opuesto, “feminazi”. “Al principio me angustiaba porque era como ‘Che, laburo todo el día, hago esto, lo subo gratis y es un súper esfuerzo’, pero no hay nada que le guste a todo el mundo. Soy una persona, aunque también es lógico que para quien te sigue seas una página o un personaje y no sepa quién está atrás. Por eso, trato de humanizar la fan page y siempre responder los comentarios con buena onda”, sostiene.

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La popularidad de La Cope es tal que marcas como Ponds y Kotex auspiciaron determinados dibujos, mientras que ya hay un libro en camino. “Firmé con la editorial Bureau de Juegos, que es la misma de La gente anda diciendo. La idea es sacar el libro hacia fin de año y tener un montón de dibujos nuevos”, adelanta. “Es mucho laburo, pero no quería hacer una recopilación de lo que ya publiqué porque si van a comprarlo, está bueno que haya algo nuevo”, agrega.

Lía sube viñetas de La Cope casi todos los días y no da crédito a quienes le preguntan si tiene «miedo» de que se le agoten las ideas. «Supongo que en algún momento no voy a saber que más subir, pero es tan cotidiano que siempre aparece algo. Las temáticas son trabajo, el chico que me gusta, las amigas, no llegar a fin de mes, cosas que me pasan… Hay un millón de cosas para hacer. Al subir todos los días, hay veces que no está tan bueno, pero prefiero seguir actualizando. No puedo prometer un re-nivel, pero lo intento y hay semanas que estoy muy inspirada. Todo puede ir mutando. Al ser mi mirada y mis experiencias, yo también cambio y eso se ve reflejado».

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