Santiago Barrionuevo, voz y bajo de la banda platense El Mató a un Policía Motorizado, cuenta cómo el grupo mantiene su color luego de más de una década de su debut. Punk espacial

Por Flor Pasquali
@flopasquali

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Guitarras distorsionadas y la expresión de la verdad y la belleza. Con un aire de simplicidad, El Mató a un Policía Motorizado convierte hasta a las penurias más oscuras en algo más lindo. Es ponerle flores al vaso medio vacío. Santiago Barrionuevo, el alma máter de la banda platense que influyó en gran medida en la escena local, se encarga de componer pequeños tesoros musicales que gritan las preocupaciones de una generación.

Hoy, El Mató es uno de los principales referentes nacionales afuera. “Es raro ver como viajar de alguna manera se transforma en algo imprescindible. Todos los años volvemos a México y a España, algo que parecía imposible, de repente se nos presenta como una oportunidad todos los años”, comenta Santiago. A nivel internacional, las giras mundiales se fueron extendiendo cada vez más con un reconocimiento masivo para la banda. El 2014 estuvo cargado de varios shows en distintas provincias y países y, este año, por primera vez, se presentarán en Ecuador.

El Mató, como una banda atípica oriunda de la ciudad de La Plata, siempre buscó salir del molde de lo convencional. Allí lograron que el punk espacial converse con alegorías que se manifiestan en un sonido fresco y potente. El punto de partida para marcar diferencia lo lleva impreso en su nombre y en los seudónimos de sus integrantes como Niño Elefante (guitarra), Pantro Puto (guitarra), Doctora Muerte (batería), Chatrán Chatrán (teclados) y Santiago Motorizado (voz y bajo).

Tal vez sea por eso que es reconocida como la principal banda referente de la música independiente argentina y su debut en 2003 no quedó en el olvido.

Revista Dínamo: Ya pasaron más de 10 años desde la consolidación de El Mató, ¿cómo fue cambiando la idea de concebir la música entre ustedes y mismo también lo que significa estar en una banda más de una década?

Santiago Barrionuevo: La verdad que es raro porque vivimos un montón de cosas y pasó un montón de tiempo, pero a la vez si me pongo a pensar en los días de la banda siento que pasó rápido y resulta una mezcla de sensaciones. Lo que más rescato básicamente es el espíritu de todos nosotros, que se mantiene como intacto, porque eso es algo que se puede ir modificando, son cosas que pasan. Yo siento que tengo la misma pasión desde el primer día. Todo lo que sea para la banda, las letras, los dibujos, lo que sea, siempre se hizo con el mismo espíritu que las primeras cosas que hicimos. Y también viajar es como ese combustible que ayuda crear y traer nuevas propuestas.

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Lo que hace distinto a El Mató es su consolidación a nivel artístico y conceptual dentro de la escena local con un proyecto auto-gestivo independiente. Con el correr del tiempo adquirieron firmeza y solidez, tanto en la poesía que atraviesa sus líricas como en la estética visual. También, el desarrollo del sello Laptra, formado entre un grupo de amigos donde editan todo su arte y el de otros que conciben los mismos sueños, creció (y sigue creciendo) considerablemente.

“Laptra pasó de ser un sello independiente a un sello grande, como dicen, y eso fue una especie de revolución cultural a nivel mundial. También en su momento, en la Argentina hubo un montón de propuestas que tenían una cosa muy interesante y causaron cierta innovación”, opina Santiago Motorizado. “Ahora eso no sucede, parece que ese espacio no sólo está pobre o vacío, sino que también pareciera que con el tiempo se vuelve hasta más conservador. Se puede percibir algo de chatura en sí, sin alguna vuelta que darle. Pero aun así siento que hay un montón de propuestas nuevas que están buenísimas y que no están pendientes de que un sello grande los llame. Están con su actividad, dispuestos y concentrados en eso. Quizás tienen la ambición de que su música llegue a todos lados, pero la verdad es que cambió tanto todo en cuanto a lo que es la difusión y la música, que estamos viviendo una etapa distinta, donde quizás la cosa no pasa por escucharlo en la radio”.

Actualmente, la banda platense está trabajando en el contenido de un nuevo disco y algunos otros proyectos de edición. “Nos encontramos en el proceso en el que estamos dándole una forma definitiva a todo. Hay varias ideas que podríamos abordar, las canciones que estamos preparando tienen su espíritu y eso nos dispara algo que de a poco ya le vamos dando forma. Desde lo conceptual, hay muchos “climas”, por decirlo de alguna manera, o posibilidades que nos gustan, siempre nos gustaron y nos gustaría abordar. Después tenemos varios proyectos de edición. Nos invitaron a hacer un split en España, donde también aportamos canciones”, cuenta Santiago Motorizado.

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La humildad que deja traslucir el “Chango” sobre el escenario en cada show en vivo se despliega en una atmósfera de fraternidad que resulta explosiva con el público. El Mató invita a naufragar en la imaginación para reencontrarse con la persona más querida en un simple pedido: “quiero mirarte, mirarte y que me mires”. O también indaga en los deseos más profundos del hombre, algo que incita a cantar a gritos: “quiero vivir con vos”, “espero que vuelvas”, ”¿te acordás la tarde en que nos dimos cuenta de nuestro amor?”. Es así que dejan expuestas un montón de realidades asomadas desde la cotidianeidad: mujeres que son bellas y fuertes, o una navidad en la que la policía persigue mientras que hay viejos, ebrios y perdidos que brindan en la oscuridad de una fiesta prometida.

RD: ¿Y cuál crees que sea su aporte para la cultura?

SB: Creo que nuestras canciones lo son, nuestro arte en general y también la forma en la que hacemos las cosas. De alguna manera, nuestro recorrido por el mundo artístico me parece que inspiró a hacer algo parecido, porque lo más importante no es tomar un camino puntual, que puede ser ir a buscar un sello grande que te edite, como también puede ser un camino independiente. En esas dos alternativas, creo que hay varias posibilidades donde se mezclan muchas cosas, pero lo más importante es que cada uno tome su camino y sea sincero con lo que hace.

Con su espontánea desprolijidad punk y espíritu romántico, El Mató escarba en la simplicidad de las letras la sinopsis de un concepto, que con pocas palabras expresa un todo y que no necesita agregar nada más.