Marcelo Katz provoca y seduce. El genial actor, bailarín, clown, maestro y director cuenta los secretos de sus obras que atraviesan el humor, la emoción y la poesía al mismo tiempo
Por María Luján Torralba
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El clown toca fibras que remiten a la infancia, hace perceptible la inocencia, conquista con la picardía, juega con la torpeza, cautiva con la humildad. El clown es también tan sensible que penetra en cuestiones profundas y existenciales sin abandonar la belleza del arte. Marcelo Katz logra que todo esto sea posible y que el espectador se quede con ganas de más.
Con una formación de actor, bailarín y clown, fue el creador de Trup, la primera compañía de Nuevo Circo de Argentina. Luego de actuar y dirigir elencos en los teatros más importantes del país, formó la Compañía Clun y hoy también es asesor artístico del Centro Cultural de la Cooperación, docente de Clown en el Teatro Municipal San Martín y dirige su escuela de clown, bufón y máscaras con más de 180 alumnos.
El artista cuenta cómo hace para hilvanar sus excéntricos y divertidos espectáculos.
Revista Dínamo: ¿Qué buscas en un clown para tus espectáculos?
Marcelo Katz:Que me divierta, que me emocione, que me transmita, sentirlo cerca, que me seduzca, que me dé ganas de amasarlo y sacar algo de él. Y lo más importante buena onda para trabajar.
RD: ¿A qué te referís cuando hablás de colores del actor?
MK: Hay muchos registros en la actuación de un actor, y como director trato de tener en el escenario una paleta de colores variados. Por ejemplo, para Aires vi más de 200 clowns en audiciones. Algunos eran interesantes, pero ya tenía ese tipo de color, ese estilo, ese carácter. Por eso, como no quería repetirme, no tomé a ningún clown que ya tenía un color parecido a otro en el espectáculo.
RD: ¿Cómo te inspiras para crear?
MK: No sé, me bajan fichas, se me disparan deseos.
RD: ¿Qué herramientas utilizas?
MK: Veo fotos y libros de arte. Pienso en mi teatro todo oscuro para poder tener imágenes, lo camino y pienso en el espacio.
RD: ¿Cómo haces para que las búsquedas no se agoten?
MK: Las búsquedas no se agotan porque cada proceso es un mundo en sí mismo. Incluso de un mismo tema podés salir para muchísimos lugares. En Aguas, que lo trabajamos en la escuela, se hicieron en 10 grupos de trabajo distintos 150 números diferentes, y ninguno se repetía con otro, y sólo sobre el agua.
RD: ¿Cuál consideras que es la principal característica de Clun? ¿Qué la diferencia de otras compañías? ¿Qué le da identidad?
MK: La principal característica de mis montajes es la mezcla del humor y un trabajo de imágenes oníricas. Creo que eso me define como creador.
RD: Tus últimos espectáculos tienen un elemento disparador como el agua, el aire, la ilusión, que le da unidad a la obra, ¿cómo surgen estos temas?
MK: Simplemente surgen. Será intuición, oficio, olfato, pasión, deseo, o una mezcla de todo eso y otras cosas más. Por ejemplo, en Aguas se me ocurrió. Pensé que se venía el verano, el calor, y que una banda de clowns jugando con agua en un patio podía ser muy tentador. Personalmente para mí, ¿qué simboliza el agua? No lo sé, ahora que pienso, soy muy tigrero. Me encanta el Delta y voy a las islas todo lo que puedo, pero eso es pura anécdota.