La música de “El príncipe” Gustavo Pena es sutileza y melancolía. El artista uruguayo fallecido en el 2004 dejó un legado exquisito rescatado por su hija Eli-u y homenajeado por bandas como Onda Vaga
Por Romina Bianchi
@rominapbianchi

Así se titula el sitio web del dueño de una voz armoniosa, juguetona y cada vez más presente en las diferentes bandas que fueron descubriéndolo y haciéndole homenaje (Onda Vaga y Perota Chingo, entre otras) a sus más hermosas composiciones. Es el uruguayo “El príncipe” Gustavo Pena.

Quizás sea uno de los artistas que hizo camino hasta llegar al final para dejarnos su legado. Se fue sin un cobre, cierto, y con poco reconocimiento –desde el lado que se mire-, pero su riqueza rítmica se quedo en Buenos Aires y en Uruguay de la mano de Eli-u Pena, su hija, quien naturalmente ocupa el rol de emisora de una historia inmensa y una voz afable (Creo en los elefantes) navegando por el Río de la Plata, entre la marea de milongas, candombes y un sinfín de fusiones elegantes.
El trabajo de investigación y difusión de Eli-u nació en el año 2006 y, hasta hoy, se continúa con la digitalización de audios. Así como todo llega a su tiempo, también surgen las imágenes de los toques en su cotidiano lleno de imaginación y creación. Los viajes, los amigos, las melodías dibujadas y las sonrisas llenas de música mezclada de penas y de festejos cantados son todos los ingredientes de los diferentes discos recopilados (Autobombo)

Imaginando buenas es la sensación de atesorar, en la era tecnológica, un libro de cuentos, hecho a pulmón, con deseo de abrirlo en las noches. Es sentir los ritmos para jugar contando una historia (El recital), cerca del Príncipe Pena o por qué no disfrutando la voz de Eli-u Pena.
Sitio web: www.imaginandobuenas.com.uy




