Shakespeare and Company supo convertirse en la cuna de la literatura inglesa en París. Ubicada a metros del río Sena, cada uno de sus estantes está repleto de historia

Por Agustina Ordoqui desde París
@agusinha

Por la orilla del Sena, la vista es hermosa a cada paso. La Catedral de Notre Dame se impone adelante. A la izquierda, la isla de la Cité se abre camino y deja entrever la cúpula de Sainte Chapelle, la capilla que está al interior del Palacio de la Justicia. Detrás, la torre de Eiffel imprime su sello personal.

Sin duda, es París. Se siente en la vista, se nota en el ambiente denso por la humedad y el frío que corta la cara. Las postales visuales de esta ciudad francesa son grises y no por eso pierden su atractivo.

Pero hay más por ver. Así que se abandona ese escenario de figuritas típicas parisinas y se dobla a la derecha por la rue du Petit Ponte. Ahora a la izquierda, rue de la Bucherie. Después de pasar por aquellos cafés con sillas hacia adelante, como mirando una pasarela urbana, aparece en la esquina Shakespeare and Company.

Hasta el que no escuchó jamás de esta librería, ni siquiera en Medianoche en París de Woody Allen, se da cuenta de que lo que tiene frente a sus ojos es algo importante, que merece tomarse unos minutos para mirar y conocer más.

Shakespeare & Co. tiene un corte de tienda clásica. Sus vidrieras explotan de libros nuevos, viejos, inéditos, desconocidos, fuera de catálogo y decenas de etcéteras. Hay títulos disímiles, desde la biografía de Steve Jobs hasta un tomo descomunal con la historia de Ernest Hemingway y las obras completas de William Shakespeare, el escritor inglés que le da nombre al lugar.

Es para entrar y perderse adentro. Además de libros que son obras de arte por sí mismos, en el piso de arriba se reciben a artistas que, por unos euros, pueden quedarse y vivir al estilo bohémico de antaño. Abajo hay un pozo donde, como en cualquier sitio medianamente lindoa con un poco de agua, los turistas tiran monedas y piden deseos.

Pero Shakespeare & Co. no es solo ese espacio fuera de tiempo con el que uno se topa hoy en día. Tiene una historia de trasfondo, que se remonta a principios del siglo XX, cuando una mujer llamada Sylvia Beach dio nacimiento a la librería. Era 1919 y la mantuvo hasta 1941, cuando Francia fue invadida por las potencias del Eje en el marco de la Segunda Guerra Mundial. En el ínterin, escritores como el propio Hemingway, James Joyce y Ezra Pound se convirtieron en visitantes habituales. Ahí había discusiones y debates, cigarros y copas en mano.

Shakespeare and Company se encontraba, originalmente, a pocos metros de su ubicación actual, en el número 12 de la rue de Odéon. Cerró y diez años después un estadounidense, George Whitman, decidió revivir aquellas épocas. La hija de Sylvia está hoy en día vinculada con la administración de la tienda.

A pocos metros, todavía se puede divisar Notre Dame. Un par de pasos y, de nuevo, al lado del Sena. Si se sigue por ahí, se llega hasta la isla Saint Louis y las inmediaciones del Barrio Latino. La librería es un mínimo desvío de ese camino parisino tradicional. Un desvío que vale la pena hacer.


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Foto: A. O.